lunes, 15 de agosto de 2011

MANOLETE, EL MARTIR EXPOLIADO: LXVII ANIVERSARIO DE SU MUERTE.

Abuelo, a Manolete no lo mató un toro, murió por una transfusión”

“Tu eres tonto, niño”

Cada mes de agosto, cuando las hojas del calendario van haciendo de forma continua los dias más cortos, me viene a la memoria la muerte de Manolete en Linares. Quizás todo debido a la afición por los toros en los primeros años de mi vida; afición inbuida por mi abuelo materno que en su juventud llegó a ser novillero y que a quien os habla, su primer nieto, llevaba siempre al antiguo Bar de Mateo cuando alguna corrida era transmitida, en blanco y negro, por la aún incipiente televisión, pues hablamos de la mitad de los años 60.
En esa época, ningún niño aspiraba ser Cristiano o Messi, casi todos aspirábamos a emular al héroe de aquellos años, Manuel Benitez, y era raro el dia que no se formaran las simuladas corridas, distración favorita de los niños de por entonces, cuando con un simple trapo y palo emulábamos a las figuras del momento.
Aún recuerdo, que en aquella época existian partidarios, normalmente influidos por algún miembro de nuestra familia, unos eramos de Puerta, otros de Camino, no faltaban los de Ordoñez, los romeristas y  como no los partidarios de Benitez "El Cordobés". Todos formaban coalición contra los cordobesistas, dadas las maneras del melenas como algunos le llamaban de forma despectiva.

Y volviendo al tema, mi abuelo murió sin aceptar que Islero no fuera el principal protagonista de la muerte del Califa cordobés.

                   Manolete esperando la salida del quinto de la tarde de nombre Islero

¿Por qué se silenció durante tantos años la causa verdadera de la muerte de Manuel Rodriguez?

¿Tuvo algo que ver el plasma maldito, utilizado por el régimen con los afectados en la explosión de Cadiz ocurrida diez dias antes? y que, por cierto, elevó considerablemente el número de victimas en la Tacita.
Todo esto le expuse yo a mi abuelo después de leer el libro de Filiberto Mira "Vida y tragedia de Manolete" y para él yo estaba loco y me respondía de forma estentorea.  No aceptaba la cruda realidad.
Hoy en dia, me imagino, como se manipulaba la verdad en aquellos años si en la actualidad con toda la libertad y preparación que se supone nos manipulan, igualmente desde la pequeña pantalla.

                       Cuando iba por los adentros Islero apretaba y Manolete tenia que rectificar
          En cambio por los afueras, le bajaba la mano al máximo y lo llevaba toreado maravillosamete.

Pero así fueron los hechos,  la verdad no puede empequeñecer la historia del Monstruo de Córdoba, en todo caso, si la de aquellos que la ocultaron bien por oscuros intereses o bien recibiendo órdenes de arriba, ya saben del "rapaz de Ferrol" y sus secuaces, aquellos señores llámense Camará, Domeqc, Tamames, Jimenez Guinea, el ministro Girón, etc,  ocultaron al pueblo llano la verdad de la muerte de su idolo.


                    Unas manoletinas y un desplante tocando el pitón del miura para finalizar la faena


Estos son los hechos contados muchos años después de la tragedia por los testigos y en algunos casos intervinientes directos.

Tanto Gitanillo de Triana como Luis Miguel, discretos, se quitaron rápido de aquel barullo de la enfermería con el fin de no interrumpir a las asistencias, una vez que Luis Miguel se ofreció a donar sangre, aunque no resolvió nada su oferta pues pertenecía a un grupo distinto y de niño había sufrido fiebres palúdicas, según nos cuenta Carlos Abella en la biografía que firma del torero de la calle madrileña de San Bernardo.


Manolete, entra a matar en corto y por derecho, muy lento y en la suerte contraria, es decir, dando la salida al toro para los adentros. Al mismo tiempo que hunde el estoque en el morrillo de Islero, este hunde el pitón derecho en el triángulo de Scarpa de la pierna derecha del cordobés.



Luis Miguel, una vez en el hotel, llamó a su hermano Domingo, que estaba en Madrid, rogándole que llevara inmediatamente a Linares al doctor Manuel Tamames. Cosas de Domingo Dominguín, destacado miembro del Partido Comunista en la clandestinidad, que sin pensárselo dos veces se puso en contacto con el falangista José Antonio Girón, ministro de Trabajo desde 1941, al que pidió un coche de gasolina, más rápido, que le fue facilitado inmediatamente desde el Parque Móvil.


Al mismo tiempo, y por idea de K-Hito, se acordó que Gitanillo, gran conductor, saliera con el veloz Buick de Manolete en busca del doctor Jiménez Guinea, médico de cabecera de Manolete, que viajaba también desde Madrid a Linares en un lento automóvil que a su disposición había puesto el matador de toros Manolo Navarro.


Mientras, en la enfermería se tomaron sobre la marcha dos decisiones. Camará le atribuye la primera a Álvaro Dómecq, hombre orquesta de aquella tarde descompasada, que consistió la desafortunada ocurrencia en mandar pedir plasma a un hospital cercano por si cuando llegaran las eminencias madrileñas fuera necesaria su aplicación.




La segunda decisión que se toma consiste en trasladar al herido desde la enfermería al Hospital Marqueses de Linares, una vez administrada la primera transfusión de sangre a Manolete, vena a vena del brazo del policía municipal Juan Sánchez Calle, y aprovechando que se le aprecia rápidamente una leve mejoría.


El traslado resulta dantesco, un santo entierro en vida, pues en vez de ser realizado en cualquier tipo de vehículo que se tuviera a mano, se realiza en una improvisada parihuela llevada a pulso por cuatro hombres. Se decidió así, muy inteligentemente, ya que se temía que las calles medio a oscuras y repletas de baches, perjudicaran el estado del torero debido a los saltos de las ruedas sobre el bombardeado asfalto.


Un cortejo fúnebre que echó al pueblo curioso de Linares a la calle


-estamos hablando de Manolete-


pues el torero en el recorrido iba perdiendo la vida a la vista de todos y con una débil voz se le oía repetir al moribundo,


"Más despacio, más despacio".


Inmediatamente el herido es depositado en una camilla del equipado quirófano del hospital, pues el doctor Fernando Garrido Arboleda decide intervenir de nuevo, está vez con mayores medios y ayudado como segundo cirujano por Julio Corzo, que no lo hizo en la primera ocasión. Es en este momento cuando a Domecq, futuro supernumerario del Opus Dei , se le ocurre, en una muestra de optimismo por la otra punta, llevar a los pies de la camilla de operaciones a don Antonio de la Torre, sacerdote del centro, con el fin de que Manuel se confesara.


Toca el tema Tico Medina en una entrevista que le hace al latifundista jerezano, que dice al respecto:


-Cuando lo llevaron al hospital le dije al banderillero:"A Manolete le gustaría mucho ver al cura, así que vamos a llevárselo". El banderillero de Manolo me dijo: "No haga usted esa barbaridad, que se va a asustar". Yo le aplaqué diciendo: "Mira, en la vida en ese momento no se asusta nadie, lo tengo comprobado con muchos amigos a los que he visto morir, así que vamos". Y así llegamos a la mesa de operaciones con el cura. El torero me miraba mucho. Y le dije: "Aquí te traigo al cura por si quieres algo con él, Manolo. Pero tú no te preocupes, que ahora van a operarte, y te van a dejar fenomenal". Manolete me dijo: "Bueno, ¿y qué hago?". Digo: "Tú, nada. ¡Si el confesarse es lo más fácil del mundo! Vamos a rezar el 'Señor mío Jesucristo', el cura te da la absolución y se ha terminado. Manolo, ¿quieres o no quieres?". "¡Hombre, claro!", dijo Manolo, y así fue la cosa.






Manolete es sacado del quirófano, en donde se le han reforzado las ligaduras quedando normalizado el riego de su pierna, y es llevado a una habitación inmediata en la misma planta, notándole enseguida el equipo otra nueva y leve mejoría. Y alrededor de este instante es cuando aparece en la puerta del pasillo de la planta Lupe Sino, acompañada por el Chimo, desplomada, y del brazo de Concha, esposa de El Yoni.






Julio Corzo es el encargado de volverle a transfundir sangre. Lo hace en diferentes tiempos por tres veces y observa que la tercera no es admitida por el cuerpo de Manuel, con lo cual se vio obligado a interrumpirla pues el paciente se quejó de un tremendo dolor de riñones repentino; y en este trance se estaba cuando llegó por fin el doctor Tamames acompañado por Domingo Dominguín.


El prestigioso médico madrileño reconoce al torero y aprueba sin ningún tipo de reparos las dos intervenciones efectuadas anteriormente por sus colegas jienenses, aconsejando al equipo local y a los presentes que se dejara descansar al herido hasta la llegada de Jiménez Guinea. Es durante este momento de reposo cuando Manolete para sorpresa de todos, buena señal, pide un cigarrillo.


Avanza la noche y cuando se rondaban las cuatro de la madrugada aparecío Luis Jiménez Guinea con El Pipo, dos ayudantes y Gitanillo de Triana que los había recogido en Valdepeñas,trayendo consigo el famoso plasma noruego  y sin pérdida de tiempo se improvisa en una sala próxima una reunión a la que asistieron Camará, el omnipresente Domecq, más los doctores Jiménez Guinea, Tamames y Garrido Arboleda, sin permitírsele el acceso a los ayudantes ni al doctor Corzo, cuya opinión era imprescindible a la hora de tomar medidas ya que había realizado las transfusiones anteriores, teniendo que interrumpir la última, como se ha dicho.


Se cuenta a propósito con un documento excepcional, la versión del propio Julio Corzo, que afirmó en este sentido sin pelos en la lengua, pasados más de treinta años del suceso cuando ya se podía largar, lo siguiente:


-Llegó Jiménez Guinea y ordenó a un compañero de su equipo que le hicieran una transfusión a Manolete. Me opuse rotundamente, advirtiéndole que podía rechazarla. Recuerdo que le dije a Garrido Arboleda: "Si le hacen la transfusión, se lo cargan". Y comunicamos a Jiménez Guinea nuestra oposición. Si no se le hubiera puesto seguiría vivo hoy. Jiménez Guinea y Garrido Arboleda estaban en la habitación contigua. Yo estaba junto a Manolete viendo la transfusión que el ayundante de Jiménez Guinea le realizaba con un cardi. Estando poniéndosela dijo Manolete: "No veo, me duelen los riñones, me muero" y murió.

Eran las 5.07 horas del 29 de agosto de 1947, y en Linares en ese preciso instante comenzó a llover intensamente.


Manolete ya cadáver. Acompañan izquierda a derecha Teodoro Matilla, El Pipo, Cantimplas, la mujer del Yoni, Lupe Sino, su novia, a quien Camará y Domecq no dejan ver con vida a Manolete por miedo a que se casaran en "artículo mortis" y Carnicerito de Málaga.


El Marqués de la Valdivia impone al féretro l Gran Cruz de la Beneficiencia en presencia de alvro Domecq, Chopera, Bellón, Pepe Luis Vázquez, Manolo Caracol, el Vito, etc.


Para terminar,algunas preguntas,:
 ¿Hasta dónde llegan algunas influencias sociopolíticas?,
Os habeis llegado a preguntar ¿por qué no se ha estrenado la pelicula sobre Manolete interpretada por Brody, el que fue novio Elsa Pataky?,
¿Por qué tantos años después algunos temas siguen siendo tabú?,
finalmente, ¿quienes son los beneficiarios de la inmensa herencia dejada por el diestro cordobés?

Sobre este tema corto y pego lo publicado por Alfonso Navalón, periodista, un año antes de su muerte:


Tras el acto religioso Luis Miguel Dominguín y su padre se hicieron cargo de ella y la llevaron a Madrid, mientras que los restos mortales del torero iban camino de Córdoba. De aquellas últimas horas siempre quedará la sospecha de que Álvaro Domecq y Camará impidieron que el torero y la actriz se casaran “in articulo mortis”. García Candau en su obra citada, apunta que pudo haber por medio algún motivo económico. Dice textualmente.: “Sobre la negativa de Camará y don Álvaro se han llegado a exponer teorías relacionadas con el dinero, o lo que es lo mismo, que el diestro tenía deudas a causa de una finca que había adquirido y que la herencia de la que habría sido partícipe Lupe habría complicado mucho las cuentas. Uno de los supuestos deudores sería Camará; otro don Álvaro, albacea del torero cordobés”. (Obra citada, página.186). Pero quien más luz aporta a este asunto, y que viene a ratificar la teoría de García Candau, fue el crítico taurino onubense Alfonso Navalón, en una artículo publicado en una revista mexicana, el 16 de enero de 2004, un año antes de que muriese, y que tituló “La izquierda no es solo pobreza y miseria”

(y que puede leerse en www.elchofre.com-Artículos). Navalón decía esto: “Era muy difícil en aquellos años atacar a don Álvaro Domecq desde un periódico del Movimiento, como era “Pueblo”. Nadie se había atrevido a descubrir el origen de la fortuna de don Alvarísimo, poderoso del régimen y militante del Opus Dei. Don Alvarísimo era intocable. Yo conté desde “Pueblo” la falsa versión del supuesto incidente de Manolete en Méjico, cuando dicen que se negó a torear si no quitaban la bandera de la República. Todo aquello fue una maniobra del franquismo y de don Álvaro para convertir a Manolete en torero del Régimen, como harían luego con “El Cordobés”. No hubo tal incidente de la bandera sino todo lo contrario. Ese día al terminar la corrida Manolete cenó en casa de un millonario catalán. Se llamaba Dalmau y vivía en la Avenida de los Insurgentes. Cenó en compañía de Indalecio Prieto y brindaron por la caída del franquismo cuando por aquellos días retiraron sus embajadores las naciones libres... Manolete y el ministro republicano Prieto brindaron aquel mes de diciembre: “Nos veremos en agosto en la feria de Bilbao”. ¡Se equivocaron en más de veinte años!. ... En “Pueblo” conté como Álvaro Domecq estaba sin un duro en los años cuarenta y como tenían una cuenta conjunta en Méjico con Manolete. Camará y el “caballero” jerezano, al morir Manolete, se quedaron con el dinero del muerto. Sólo lo sabía Lupe Sino, por eso Álvaro Domecq no la dejó entrar en la habitación del torero, cuando Manolete moribundo quería casarse con Lupe. Al año siguiente don Alvarísimo compró la finca “Los Alburejos”. Esto lo publiqué también en “El Correo Español” de Bilbao y la derechona vasca convenció al ganadero para que me pusiera una querella criminal. Fuimos a juicio y Álvaro Domecq no se presentó para “defender su honra” entre otras razones porque yo llevaba cuatro testigos y pruebas inapelables de lo que había escrito. Cuando Luis Ángel de la Viuda fue sucesor de Emilio Romero como director de “Pueblo” recibió la visita de Rodríguez Valcárcel, presidente de las Cortes, llevaba el encargo de Álvaro Domecq de ponerme en la calle. Luis Ángel dependía políticamente de Valcárcel. Pero antes de expulsarme me llamó a su despacho y cuando le conté todo lo de Manolete en Méjico y en el Hospital de Linares, llamó al presidente y le dijo que no podía echarme”... En fin, el texto que reproduzco aquí no merece ningún comentario, ya que su contenido es extremadamente esclarecedor. En el mismo sentido, pero con mas dureza se explicó el mismo Navalón en otro artículo publicado pocos años antes y que tituló “El dinero de los toreros”, (y que puede leerse en www.alfonsonavalon.com).

Es Domingo Dominguín, (Domingo González Aparicio) en su libro “Dominguines contra Dominguines” (pagina 87) publicado en el 2008, quien ratifica la versión de Alfonso Navalón sobre los dineros de México. Cuenta que es verdad que Manolete quería retirarse momentáneamente porque quería descansar y casarse con Lupe Sino: “En mi familia se sabía, pues tanto Manolete como Lupe ya lo habían anunciado y eso se daba mas bien por hecho. Contaba mi abuelo y mis tíos que al finalizar la temporada tendrían que ir a México, a la boda de Manolo, pues todos estaban invitados, ya que mi familia eran muy amigos de él, a pesar de la rivalidad en los ruedos con Luis Miguel”. Cuenta además, que después de casarse y descansar en México, el torero cordobés pensaba hacer la temporada de invierno en las Américas, y que tenía pensado regresar a España en uno o dos años para despedirse de la afición como mandaba la profesión y no por la puerta de atrás.

Sobre lo que ocurrió aquella madrugada del 28 de agosto de 1947, Domingo González Aparicio da una versión absolutamente distinta de la que conocíamos hasta ahora. Cuenta que su padre Domingo González, al comprobarse la gravedad de la cornada recibida por Manolete y viendo que se moría desangrado, fue hasta Madrid en un coche oficial puesto a su disposición por José Antonio Girón, a por el doctor Tamames, y que nada mas poner un pie en el Hospital de los Marqueses, se encontraron con Lupe Sino que llegaba de madrugada desde Lanjarón, y que ella ya no se separó de su padre. Cuando fueron a entrar los tres (Lupe, Luis Miguel y Domingo) en la habitación, Camará y Álvaro Domecq les frenaron y apartaron a Lupe: “Manolo se dio cuenta de la gravedad –cuenta el autor del libro—y delante de mi abuelo, mi padre y el doctor Tamames dijo que quería ver a Lupe Sino, que quería casarse con ella. Estaban allí Luis Miguel, Gitanillo, Álvaro Domecq y Camará. Lo dijo alto y claro. Salieron todos al pasillo y mi padre llamó a los médicos y al cura. Pero Camará y Álvaro Domecq se plantaron y dijeron que de eso nada, que el torero no estaba seguro de lo que decía... Mi padre se enfadó y se encaró con ellos y le dijo ¿cómo que no está seguro? Están seguros desde hace mucho tiempo y si quieren casarse ahora mismo, lo pueden hacer ¿es que se lo vamos a negar? Luis Miguel y mi abuelo le apoyaron, y el tono de las voces y la tensión fue subiendo. No tenéis derecho a oponeros, les dijeron. Aquí está el cura y los va a casar ahora mismo. Y cogieron al pobre hombre del brazo y lo intentaron meter en la habitación. Camará y Domecq se interpusieron casi con violencia y nos dijeron: Nosotros somos los que llevamos la carrera de Manolo y no se casa con esa mujer”. “Esa mujer –sigue relatando Domingo Dominguín en su libro—estaba allí mismo rota de dolor intentando llegar hasta la puerta de la habitación. Camará y Álvaro—que era su albacea—se pusieron delante de la puerta y no la dejaron entrar. Manolete lo estaba escuchando todo desde la cama y rogaba que la dejaran pasar. Ni se asomaron a la habitación para contestarle. ¿Y todo por qué? Porque el torero tenía mucho dinero en América. ¿Cuánto dinero había?, ¿quién se lo quedó?, ¿a quien hay que preguntar?, ¿al apoderado?, ¿al albacea? Las ganancias que tenía el torero en España se conocían, pero lo que había en América, no... Lupe Sino era una mujer muy buena y Manolo no dudó ni un momento de que, pasase lo que pasase, ella se ocuparía siempre de su madre y de sus hermanas, a quienes nunca les faltaría el dinero. Por eso insistió en casarse con ella, para proteger a su familia. Mi abuelo, mi padre y mi tío sabían de estas conversaciones y del “acuerdo” entre la pareja, ya que Manolo no era tonto y manejaba perfectamente su dinero... era consciente de que podía morir en una plaza de toros cualquier tarde. Mi madre adoraba a Lupe. ¡Qué mujer tan buena!... Para volver a México tuvo que pedir dinero prestado”. De ser verdaderas estas afirmaciones de Domingo Dominguín, darían un giro rotundo a la versión, con un tufillo a película, contada hasta ahora por José Flores Camará y su familia y sobre todo, dejaría en entredicho la cruel actitud y opinión que sobre Antonia Bronchalo mantuvo don Álvaro Domecq hasta su muerte.

Tras la muerte de Manolete, Lupe Sino podría haber sido la “viuda de España” dueña de todo el morbo del mundo, pero en aquella época no valía ser pareja de hecho (como en realidad fueron) pues vivir como ellos vivieron era estar en pecado permanente. Lupe vivió meses muy duros tras la muerte de su novio. La situación para ella era muy dolorosa e incomoda y tras participar en su última película, en 1949 se marchó a México, pues en España el régimen de Franco le estaba haciendo la vida imposible. Allí se casó, ironías del destino, con un abogado llamado Manuel Pedro Rodríguez, hombre muy bien situado y de gran fortuna. Lupe le abandonó a los pocos años y se volvió a España instalándose de nuevo en Madrid. Nunca llego a divorciarse de él, pues años más tarde el mexicano Manuel Pedro Rodríguez vino a Madrid a por su certificado de defunción, ya que al parecer iba a casarse y a rehacer su vida con otra mujer. Lupe murió mientras tomaba un baño, en su casa del barrio de Argüelles, en el mes de septiembre de 1959. Dicen todas las fuentes, que de muerte repentina, aunque lo cierto es que murió de una embolia cerebral, producida a consecuencia de un accidente de coche que tuvo seis días antes con su descapotable, a las afueras de Madrid, que casualmente iba conducido por el entonces joven actor Arturo Fernández, con quien en aquellos años mantuvo una gran amistad.

Si media España lloró cuando murió el hombre de su vida, la muerte de Antoñita Bronchalo pasó completamente desapercibida... Así debió de ocurrir esta triste historia de dos personas, que hace sesenta años se amaron intensamente lo que pudieron y les dejaron. Dos personas que lucharon con todas sus fuerzas en esta vida por ser felices y que finalmente no lo lograron, pues ambos fueron muy desgraciados. La novia de Manolete, igual que en el Hospital de Linares, también se quedó fuera del ciclo romancesco de las coplas de la muerte del torero (no así doña Angustias, que fue bien cantada por los poetas), porque en aquella España nacional y católica Lupe no tenía un anillo con la fecha por dentro. Porque Lupe era el amor del pecado y Manolete había ido directo al cielo. Solamente El Príncipe Gitano en un tango se acordó de ella, en la copla del maestro Juan Solano y que por fortuna recoge Antonio Murciano en “El Arte y la Muerte de Manolete en la Poesía Española” y dice así: “Manolete, Manolete, / ya te lo decía yo,/ que un torito de Miura / iba a ser tu perdición... / Manolete, Manolete / ya te lo decía yo...” /“La novia de Manolete / ya no lleva más collares / porque Manolete ha muerto / en la Plaza de Linares”. “La novia de Manolete / ya no se pone collares... / Pon, pon, que yo no quiero dinero / pon, pon, cariño es lo que yo quiero... /.

Todo lo expuesto hasta el momento, no son afirmaciones gratuitas mías, sino la exposición de versiones distintas sobre unos hechos, que ocurrieron en una época opaca y turbia de aquella España en blanco y negro de la posguerra. No sé cuál será la verdad, sí las versiones de unos o la de otros. Lo cierto es que después de 60 años transcurridos, la opinión pública, la afición y los que nos sentimos “manoletistas”, tenemos todo el derecho del mundo a saber la auténtica verdad de todo lo que ocurrió con esta pareja aquella madrugada de Linares, así como el desgraciado final del gran amor de Manolete: Antonia Bronchalo. Es más... ellos dos, aunque estén muertos, ya son inmortales en el recuerdo de todos los españoles y merecen mas que nadie, que se les haga justicia de una vez, pues entre unos y otros, a ambos les destrozaron las vidas.




Post Data
Las fotografias son tomadas de libro "Vida y Tragedia de Manolete" de Filiberto Mira. Son fotografias de Cano, único fotografó que estuvo en le corrida, las publicó dias después de los hechos en "El Ruedo" y ABC y ya no salieron más a la luz hasta la publicación de esta obra.





Manolete con un gran gesto de dolor es recogido por su primo Guillermo, que intenta desesperadamente tapar el boquete con la mano para disminuir la intensa hemorragia y por su banderillero Cantimplas.

FOTOS QUE MARCARON LA HISTORIA

Desde el siglo XIX el progreso de la fotografía ha sido continuo y más en los últimos años con la aparición del proceso de digitalización. Pero, qué duda cabe que la historia de la fotografía está marcada por sus productos. A continuación les presento una serie de fotografias que por unas causas u otras marcaron la historia del siglo XX.


Esta es la primera fotografia realizada en la historia. Corria el año 1.826 y su autor fue Joseph-Nicéphore Niépce. Tomada desde la ventana de su habitación donde tenía su cámara oscura que utilizaba placas de peltre, recubiertas de betún de Judea y fijadas con aceite. Lo que ha llovido desde entonces.


En 1.839 el francés Louis Jacques Mandé Daguerre inmortalizó el primer desnudo de la historia de la fotografía.


Foto tomada durante la construcción de la Torre Eiffel de París. Se inauguró en 1889 duante la exposición Universal de París. En un principio fue denostada por los franceses que la consideraban un amasijo de hierros. Hoy quizás sea el icono más identificativo de la ciudad de la luz.


Fotografia tomada en 1.906 pocas horas después del catastrófico terremoto de San Francisco,


El Titanic, en 1.911 en los astilleros antes de ser botado. Se decia: " ni Dios lo podría hundir", Sin embargo en la noche del 14 de Abril de 1.912 en su primera travesia y a escasas millas de la isla de Terranova sucumbió a los elementos al chocar con un iceberg.


La celebre foto realizada por Tom Kelly en 1.956 de Marilyn Monroe en la portada de la revista Play Boy. Aqui comenzaría la asombrosa ascención de la actriz.......


....pero como todo lo que sube baja. Aqui os presentamos el cadaver de la actriz después de su suicidio, aún no esclarecido, el 5 de Agosto de 1.962.




El dictador italiano Mussolini despues de ser ejecutado y colgado boca abajo. La foto fue tomada el 28 de Abril de 1.945.


Foto tomada en la mañana del 7 de Diciembre de 1.941. La Armada japonesa bombardea la base naval de Usa de Pearl Habor en las Hawai. Significa la entrada de los Estador Unidos en la segunda guerra mundial.



Depósito de cadáveres en Dallas (Usa). Fotografía del Presidente Kennedy momentos después de ser asesinado.



Uno de los combates más polémicos y controvertidos del siglo. Cassius Clay, después Muhammad Ali noquea a Sonny Liston el 25 de Mayo de 1.965. La foto fue tomada por Neil Leifer.



¿Quién no ha visto nunca esta fotografía del Che realizada en la Habana por el periodista  Korda en 1.960?

                                          O esta otra del cadaver del Che muerto en Bolivia



Eddie Adams recibió el premio Pulitzer por esta foto que se convirtió en icono de la guerra del Vietnan. En ella un jefe de policia de Vietnan del Sur dispara a bocajarro a un prisionero del Vietcong.


¿Os acordais de esta otra? Fue tomada en China en 1.989 por Jeff Widener desde la ventana de un Hotel. La tituló " El Rebelde Desconocido". Después de este acto nadie supo más del chico ni incluso su propia familia. Suponemos lo que le pasó.



Sabat Gula, "la chica pakistaní" fotografiada inicialmente en 1.984 a los 12 años por Steve MacCurry y localizada 18 años después fue fotografiada de nuevo por MacCurry


La mano de Dios. Instante en que Diego Maradona marca gol con la mano a Inglaterra en el mundial de 1.986. Muchos argentinos vieron en esta acción una venganza por la Guerra de las Malvinas.


Quizás, una de las fotografias más contempladas de la historia.
Tomada por Kevin Carter en 1.994. Cuatro meses después abrumado por el sentimiento de culpa y una fuerte dependencia a las drogas Kevin acabó suicidándose.


No podemos olvidar los dias que Omayra Sánchez niña de 13 años estuvo atrapada en fango, agua y restos de su casa, tras la erupción del volcán del Nevado del Ruiz en 1.985. Muríó tras tres dias de lenta agonia sin que se pudiera rescatar. ¿ Quien lo diria, con lo evolucionado que estamos?



Momento del ataque a las Torres Guemelas de New York, uno de los iconos de EEUU. A partir de este atentado terrorista, sobre el que aún vuelan muchos interrogantes cambió la política internacional. Aún diez años después estamos sufriendo las consecuencias.




Cadaver del dictador  Sadan Hussein después de ser ahorcado por las tropas invasoras  de la coalición occidental para destruir las armas químicas y atómicas que después no habián. A todos nos engañaron y se cometieron crímines de guerra que la sociedad occidental, tapándose la cara no ha querido juzgar. ¿Está mejor la situación ahora? ¿Estamos más seguros?  Después le tocó a Afganistán, después a Libia, después.......