EL HUNDIMIENTO DEL PUENTE DE LA ALGABA

Alboreaba el siglo XX y los algabeños y algabeñas seguían embarcando, a la altura del lugar conocido como "la lámpara", en el navío que tenía por nombre el de la patrona de nuestro pueblo “Santa Marta”, para cruzar el Guadalquivir y una vez en la otra orilla coger el camino de Sevilla y desplazándose andando llegar al barrio de la Macarena.


Algabeñas camino de Sevilla. Original de José García Ramos



Allí, después de un breve descanso saciando la sed en la famosa fuente de la Macarena, que estaba situada donde hoy tiene establecida su parada el autobús que hace la ruta entre nuestro pueblo y Sevilla; se introducían en la capital de la provincia con el fin vender en los diferentes mercados los productos de nuestras huertas o bien trabajar en las incipientes industrias que comenzaban a erigirse en Sevilla.



Un viaje duro y cansado que diariamente sufría el algabeño y algabeña de aquellos años al no haber un puente que cruzara el Guadalquivir.


Fuente de la Macarena en el siglo XIX


Un día de 1.904, la noticia corrió como la pólvora por los barrios y calles de nuestro pueblo. “Se va a construir un puente para cruzar el río”.



¡Qué ufanos y contentos estaban los algo más de tres mil quinientos vecinos que tenía La Algaba por aquellos años!



¡No se imaginaban nuestros paisanos los problemas y desgracias que traería el nuevo puente!

Desde su construcción hasta su cierre en 1.975 el puente de la Borbolla fue un martirio para todos los algabeños.



El mes de Marzo de 1.924, fue especialmente duro en lo referente a lluvias y tempestades que asolaron la mitad sur de nuestro pais. El Tajo ahogó las tierras manchegas, el Guadalquivir, ¡cómo no!, arrasó Sevilla y gran parte de su Vega. En la capital, destrozó vias de ferrocarriles, el llamado puente de New York y Triana sucumbió bajo las tempestades y posteriores riadas.


El día 29 de Marzo, a partir del mediodia, el tiempo dio una tregua, y los algabeños queriendo ver la crecida del Guadalquivir a su paso por La Algaba marcharon orgullosos hacia su nuevo puente (había sido inaugurado solo un año y medio antes).

Unas doscientas personas se encontraban en el lugar de la tragedia a eso de las 6 de la tarde del referido día. Con anterioridad, el arquitecto del puente el Sr. Ybarra, ya había mandado al peón caminero, un tal Romero, prohibir el paso a camiones y automóviles. La tragedia estaba a punto de consumarse.








Según los testigos, un estruendoso ruido fue lo que primero se escuchó y sin tiempo para nada, unos cuarenta metros del puente situado en la zona de salida hacia Sevilla se hundió. Cascotes, maderas, escombros, hierros, junto con unas 20 personas que se encontraban en ese punto fueron engullidas por las aguas.



Pasados los primeros momentos de nerviosa estampida del resto de personas que se encontraban en el puente y que escaparon con dirección La Algaba, algunos otros se percataron de la existencia de dos lanchas, las cuales conducidas por sus dueños Luis Otero Carbonell y Antonio Rodas iniciaron la labor de rescate de los que quedaron enganchados en ramas y maderos.


Así, Manuel Bazán, ascendiente de los "secos" que había ido al lugar acompañado de su hija Manuela Bazán Molina, madre de la Justa del Merino, y una amiga, Manuela González, al caer su hija al agua subió a una de las barcas y la rescató, no sin grandes dificultades. La otra barca consiguió rescatar a Juan Antonio Albuera de 58 años.



Por la noche, con La Algaba sumida en la desesperación por los muertos y los desaparecidos, las primeras noticias comenzaron a extenderse por Sevilla como un reguero del pólvora. En coches y automóviles un sinfin de periodistas, fotógrafos y curiosos se trasladaron a La Algaba para ver "in situ" el lugar de la tragedia.

Según las crónicas de la época, el vecindario se hallaba consternado, a las familias de los perecidos se unián la de los desaparecidos ante la incertidumbre de que hubieran muerto o hubieran podido escapar por la parte del camino a Sevilla. Para esto el Alcalde D. Andrés Carranza Torres ordenó a los autobuses que hicieran el recorrido al revés por Santiponce para llegar a la otra orilla y buscar a posibles paisanos supervivientes.



En un primer momento, los algabeños confirmados como fallecidos fueron: Joaquín Herrera Carranza, farmaceútico titular del pueblo, Pedro Carranza de 20 años, primo hermano del torero El Algabeño, Francisco Calvo Herrera, amigo del anterior, Manuel Amores de 60 años, Francisco Tristán de 14 años, Patrocinio Arenas de cuarenta, y el peón caminero Romero.




Entre los episodios dramáticos esta el de Josefa Valera que había acudido al puente junto a sus hijos Francisco y Agustín de 14 y 12 años respectivamente. Se encontraban en el cuarto ojo del puente y despavorida vió como su hijo mayor caia a las aguas siendo engullido por la impetuosa corriente.



Además de los muertos, que al final se confirmaron como catorce, algunos de los cuales aparecieron dias después enterrados en las huertas anegadas por el rio, había que contar las decenas de heridos que fueron atendidos por los médicos de la La Algaba y localidades vecinas.



En esta huerta situada en el margen izquierdo se encontraron,tiempo después, algunos cadáveres enterrados en el fango.

Hasta aquí la tragedia. Solo considerar lo olvidadizo que es el ser humano. Cerca de 89 años después de aquella tragedia, ni una placa, monumento, o lo que sea, recuerda en nuestro pueblo a las victimas y lo que es más acogojante, nuestros políticos actuales de todos los signos, se han propuesto abrir de nuevo al tráfico ese maldito puente.

Yo me pregunto, en que ha consistido la reforma realizada por FADESA, despúes de construir 600 viviendas en la antígua lámpara, por cierto gran número de ellas vacias, un lavado de cara a base de pintura o se ha tocado la cimentación.

No entiendo de arquitectura, pero visitando el puente este verano, tomé algunas fotos y un pequeño video. Y os puedo decir que sentí miedo allí arriba en la soledad del puente, al igual que lo sentía cuando de pequeño lo atravesaba montado en el autobús de la Empresa Landa para desplazarme a Sevilla al colegio.

Se ha tenido en cuenta para su restauración las Actas del Congreso Nacional de Arquitectura donde se expone entre otras cosas dónde no se puede construir un puente.

Esperemos que la historia no se repita, pues como dice el refrán, el hombre suele tropezar dos veces en la misma piedra. Y yo diria que hasta más.



En la segunda parte del post, os intetaré informar de las causa de la tragedia recogidas en un congreso nacional de arquitectura provenientes de un estudio del Sr. Lacambra .

Pero los problemas no terminaron aquí ya que en 1.934 se produce una nueva restauración debido a nuevos socavamientos. Se restaura de nuevo en 1.934 y se añade en la celosía de abajo un tubo de hormigón para la canalización de aguas a Sevilla.

La última etapa se inicia en 1.958 cuando aparecen importantes grietas en el estribo derecho que amenazan un nuevo hundimiento. Se vuelve a restaurar pero ya se aprueba el proyecto del arquitecto Pedro González para la construcción de un nuevo puente, el que tenemos ahora.
Sin embargo, este no sería construido e inaugurado hasta 1.976.

¡18 años tuvimos que sufrir los algabeños, siempre con el miedo en el cuerpo cuando lo atravesaba el autobús de Landa, hasta la apertura de un nuevo puente.!

El estudio del Sr. arquitecto Rubiato Lacambra concluye su trabajo haciendo mención a la situación actual del puente antes de la reforma llevada a cabo por FADESA. Menciona en este estudio que el puente se ha escorado aguas abajo, es decir hacia la parte de Sevilla.

En la actualidad, nuestros políticos lo quieren abrir al tráfico, se ha tenido en cuenta este escoramiento. El trabajo del Sr. Lacambra finaliza como comienza el post. "En ese lugar, el rio no admite un puente".

Y si lo quieren abrir por que se prohibiría el paso de autobuses, ¿es que no resistiría?, ¿Volveremos a tropezar en la misma piedra?. A tiempos estamos de evitarlo.


Y que todo esto vaya a LA MEMORIA DE LOS ALGABEÑOS Y ALGABEÑAS QUE PERDIERON LA VIDA EN ESE MALDITO PUENTE Y QUE SE MANTENGA EN PIE, PERO SOLO PARA RECORDARNOS LO QUE NO SE PUEDE HACER Y NUNCA PARA FAVORECER UNA NUEVA TRAGEDIA.
Continuará.....