Se entiende por Resiliencia la capacidad para recuperarse y sobreponerse con éxito a la adversidad. Se puede proponer una definición pragmática de la misma que hunda sus raíces en las realidades educativas, terapéuticas y sociales: “la resiliencia es la capacidad de una persona o de un grupo para desarrollarse bien, para seguir proyectándose en el futuro a pesar de acontecimientos desestabilizadores, de condiciones de vida difíciles y de traumas a veces graves.Pero la resiliencia no es una cuestión individual, es el signo visible de un tejido de relaciones y experiencias que enseñan a la gente dominio, arte de vencer obstáculos, amor, coraje, moral y esperanza” . Este "modelo del desafío" concibe a cada daño en sí mismo como un desafío y cada ser humano posee como un escudo de resiliencia y tiene que descubrir la posibilidad de fortalecerla.
Para el desarrollo de la resiliencia hay factores que son decisivos, por Ej. El estilo de crianza, la manera como se va conduciendo la educación, entre otros. El concepto de Resiliencia (capacidad de una persona o de un sistema social de vivir bien y desarrollarse positivamente a pesar de las condiciones de vida difíciles, y esto de manera socialmente aceptable) en los niños nos aporta valiosos elementos en los distintos aspectos de nuestra práctica. Si llevamos este concepto a casos de niños con déficit es fundamental cuidar en su etapa de desarrollo el desarrollo de su autoestima ya que dependerá mucho de ella para poder llegar a tener un buen poder de resiliencia, y de esta manera poder afrontar los diferentes cambios en su vida. Nuestro objetivo principal debe ser integrar en forma total, dentro de la sociedad a los individuos con déficit, para que esto suceda deben poseer un buen poder de resiliencia, ya que nuestra cultura es un elemento clave en la capacidad del niño tenga o no déficit, necesita de ella para elaborar un sentido que le permita entender los sucesos adversos a los que debe enfrentarse. Los buenos tratos en la infancia además de garantizar el desarrollo pleno de la personalidad contribuyen a la emergencia de un sujeto autónomo, capaz de reproducir en su entorno la situación de “bien entrante “, que ha vivido de pequeño, de esta manera, además de establecer vínculos sanos con las demás personas, podrá confiar en sí mismo y en sus posibilidades para brindar afecto y cariño y facilitar así su crecimiento óptimo. El cambio revolucionario que el criterio de la resiliencia está produciendo consiste en ver de otra manera a todos aquellos que tradicionalmente se consideraban casos “perdidos“,“desvalidos “,”fracasados” o marginados por circunstancia adversas. Apostar por la resiliencia significa animar en las personas la fuerza de sobrellevar situaciones destructivas y reconstruir la capacidad de autoestima. Despertar la convicción de que es posible superar traumas y luchar por una vida digna son las pautas que definen el trabajo de ayuda basado en la resiliencia. Según Grotberg , como lo menciona en su libro “La resiliencia en el mundo de hoy” ,quienes se han dedicado al estudio de la resiliencia, proponen la existencia de varios factores de resiliencia que agrupan tres categorías. Lo que tengo (apoyos externos de familiares y amigos modelos de conducta o servicios Institucionales de protección social). Lo que soy (Apoyos internos extraído de los elementos positivos de nuestro carácter, por ejemplo: la serenidad, el ánimo, la responsabilidad, el humor o el altruismo). Y lo que puedo ser (esto es la habilidad para interactuar con los demás y resolver problemas comunes) En este sentido la atención al buen desarrollo de estos tres factores favorecen la resiliencia. El mensaje que nos tiene que quedar de esta lectura es que todo ser humano , más aún aquellos que poseen algunas desventajas con sus pares deben tener la oportunidad, de desarrollar sus propias herramientas de defensa para luchar en el camino de la vida y poder lograr un crecimiento personal para sentirse una persona plena .