"Bicheando" por youtube me encontré la presentación de la chirigota de Cádiz Los Borrachos en la actuación de la final del Teatro Falla de 1.992. ¡Que arte hay que tener para cantar una canción empezando por el último verso y terminarla en el primero.! ¡Escuchadla! e intentar seguirla con el orden correcto y luego os contaré.
DUROS ANTIGUOS (Coro Los Anticuarios 1905)
Autor: El tío de la Tiza
Aquellos duros antiguos
que tanto en Cádiz dieron que hablar
Que se encontraban la gente
a la orillita del mar,
fue la cosa mas graciosa
Que en mi vida he visto yo.
Allí fue medio Cai´, con espiocha;
hasta fue un día mi suegra,
y eso que estaba ya medio chocha;
con las uñas muchos ví yo escarbar
cuatro días seguidos sin descansar.
Estaba la playa igual que una feria:
¡Válgame San Cleto lo que es la miseria!...
Algunos, pescaron más de ochenta duros,
pero más de cuatro, no vieron ni uno.
Mi suegra, como ya dije,
estuvo allí una semana
escarbando por la tarde,
de noche y por la mañana,
perdió las uñas y el pelo,
aunque bien poco tenía,
y en vez de encontrar los duros,
lo que encontró fue... una pulmonía.
En el patio de las malvas,
está escarbando desde aquel día.
*espiocha: utensilio de labranza
*”el patio de las malvas”: cementerio.
Pues como os dije, despues de escucharla me pregunté cual sería la verdadera historia de los famosos duros antiguos de Cádiz. Y a eso me puese a investigar por internet y aqui os traigo la verdadera historia muy relacionada, como vereis con el último pirata famoso español, Benito Soto de Pontevedra.
Benito de Soto Aboal , nacido en Pontevedra en 1.805 fue el más famoso pirata español de principios del siglo XIX.
La aventura de uno de los pocos piratas españoles que alcanzaron fama mundial pero que pasó a la historia como uno de los más sanguinarios, sino el que más, comenzó en el bergantín brasileño El Defensor de Pedro, que partió de Río de Janeiro en 1823. Tras un motín, Soto Aboal abandonó al capitán de la nave en tierras africanas y se lanzó a la piratería, siendo su primera víctima la fragata mercante Morning-Star, de bandera inglesa. Habiendo saqueado la nave y asesinado a casi todos sus ocupantes, puso rumbo al Norte, hacia las islas portuguesas Azores, cometiendo varios abordajes más. Su segunda víctima fue la fragata norteamericana Topacio que provenía de Calcuta con un rico cargamento a bordo. La misma fue abordada, saqueada e incendiada, después de masacrar a gran parte de su pasaje. En viaje a las islas Cabo Verde, Benito de Soto abordó un segundo bergantín inglés, al que también hundió y ocho días después, cerca del archipiélago de las Canarias asaltó la fragata Sumbury de la misma nacionalidad, que viajaba a Saint Thomas, acribillando a su tripulación.
Poniendo proa nuevamente a las Azores De Soto abordó de manera sangrienta un buque portugués procedente de Río de Janeiro y en viaje de regreso a España, asaltó el Cessnock, también lusitano y el bergantín inglés New Prospect. Las dos embarcaciones, en especial la británica, fueron víctimas de la terrible crueldad del pirata, así como también, la de su segundo en el mando, Víctor Barbazán.
Tras asesinar a tres de sus compañeros, por considerarlos poco leales, llegaron a puerto en La Coruña y, fingiendo uno de los piratas ser el legítimo capitán, vendieron la mercancía.
Seguidamente, el barco, el ya famoso BURLA NEGRA se dirigió a las costas de Cádiz, donde planeaban deshacerse de él para retirarse y disfrutar de las ganancias. Sin embargo, al divisar el faro de la Isla de León lo creyeron el de Tarifa, y terminaron embarrancados a corta distancia de Cádiz. Tras un periodo inicial de confusión, la expectación generada provocó que fueran descubiertos, y diez miembros de la tripulación fueron ahorcados en la ciudad andaluza. El capitán Soto, por su parte, tras huir a Gibraltar, fue igualmente hecho preso y condenado a muerte en la horca en la colonia británica, por la ejecución u ordenamiento de 75 asesinatos comprobados y 10 embarcaciones saqueadas o hundidas.
La historia no finalizó con la ejecución de los piratas asesinos, sino que continuo 74 años mas tardes en la playa del barrio de San José.
Según defendía Antonio Perea de la Rocha, marqués de Arellano, parece que esta partida de piratas, una vez encallado el buque y saltado a tierra, viéndose acosado por las sospechas cada vez mas crecientes, pudieron ocultar parte del botín en la playa del barrio de San José el cual, tras ser apresados, quedo allí oculto.
Pasado el tiempo, un 3 de junio de 1904, los operarios de la almadraba propiedad de José Zarandista, que estaba calada al final de dicha playa, descubrieron mientras abrían unas zanjas en la arena unas monedas acuñadas en Méjico en los años 1750 y 1755.
Como imaginarían, la noticia corrió como la pólvora por las calles de la ciudad y a la playa cientos de hombres y mujeres fueron a buscar el preciado tesoro portando toda clase de utensilio para poder rescatar la mayor cantidad de monedas, que se vendían de inmediato a un precio que oscilaba los 18 reales a tres pesetas. Se llegaron a contar más de 1500 piezas pero eso solo parece una estimación.
En los carnavales del año siguiente, el conocido como Tío de la Tiza, Antonio Rodríguez, inmortalizó el suceso en un tango del coro los Anticuarios ,y que comenzaba con "aquellos duros antiguos que tanto en Cádiz dieron que hablar"
¿Era cierta la teoría de Antonio Perea de la Rocha?
¿Procedía ese caudal de oro de un barco hundido? lo único que se puede decir es que los secretos de la mar solo la mar los sabe.....