domingo, 27 de octubre de 2013

EL CASO DE LOS TRES GALLEGOS

Hoy, cuando el Tribunal de Estrasburgo ha tirado por tierra la doctrina Parot, no estaría demás un recuerdo a las victimas de estos asesinos y cobardes que se benefician de la democracia.
Como homenaje a todas las victimas producidas por el terrorismo etarra quiero tener un recuerdo para los tres gallegos asesinados por ETA hace ya 40 años y que aún no han tenido el descanso merecido así como sus familias.

El caso de estos tres jóvenes gallegos es uno de los secretos mejor guardados por la organización terrorista ETA, que todavía hoy no se ha responsabilizado de los tres asesinatos ni ha emitido comunicado alguno.
 Los hechos ocurrieron como sigue:

 Los tres jóvenes comieron el sábado 24 de marzo de 1973 en Irún. Desde allí se desplazaron a Hendaya o San Juan de Luz, al cine con el fin de ver una película que en España estaba prohibida por la censura.
 A la vuelta, en el lado izquierdo de la carretera que serpentea desde San Juan de Luz a la frontera, los chicos vislumbran las luces parpadeantes de una discoteca.  
Los gallegos se acodan en la barra y comentan algunas de las ardientes escenas vistas en el cine un rato antes. Suben el tono, se ríen e intercambian bromas, ignorantes de que en una esquina, parapetados tras unos vasos de güisqui, varios pares de ojos les observan.
 Uno de los que mira, el más excitado por el alcohol, es Tomás Pérez Revilla, gerifalte de ETA. Con él hay otros cuatro que mascullan refiriéndose a los gallegos palabras como «hijos de puta», «cabrones» o «txakurras».
 Pérez Revilla y sus compinches se convencen de que los de la barra son policías camuflados y urden a toda prisa un plan. Media hora después, cuando los gallegos salen al oscuro aparcamiento, justo cuando están a punto de encaramarse al Austin 1300 en que salieron de España, los cinco etarras los interceptan a punta de pistola. Al ver el arma, dos de los gallegos se quedan estupefactos. Humberto, el mayor, se yergue peleón pero antes de que pueda mover un dedo recibe un tremendo botellazo en el cráneo.
Los etarras amarran a la espalda las manos de sus prisioneros, incluidas las del malherido Humberto. Los introducen a empellones en el maletero y parten con ellos, usando el Austin y su propio vehículo. Enfilan hacia Saint Palais, en pleno corazón del País Vasco francés, a medio centenar de kilómetros de distancia. Allí, protegidos por sus cofrades de Iparraterrak y amparados por la simpatía que despertaba la oposición a Franco, los etarras tienen una estructura que permite albergar, dar trabajo y hasta entrenar a los que salen de España para integrarse en la banda o huyen de la policía.
El centro del entramado es un vivero al que los lugareños llaman La Serra, donde en los momentos álgidos labora hasta una treintena de personas. Es en el vivero, en uno de los barracones, entre tenazas de podar, martillos, carretillas y aperos de labranza, donde Pérez Revilla y sus colegas inician el interrogatorio. La tortura se prolonga hasta el amanecer.
  Al cabo de una noche agónica, en la que lo único que logran arrancar de la boca de sus cautivos son gemidos, gotas de sangre, dientes y la desnuda verdad, Pérez Revilla y los suyos comienzan a sospechar que se han equivocado. No han capturado a unos policías, enviados desde España para husmear en el santuario etarra.



LOS TRES JÓVENES TRABAJADORES GALLEGOS ASESINADOS Y TORTURADOS POR ETA


Aquellos tres seres hechos pedazos no son agentes camuflados. Se trata quizá, como los muchachos han jurado desde el primer momento, de simples emigrantes gallegos. 

 El grupo de asesinos, torturadores y secuestradores estaba comandado por Tomás Pérez Revilla, asesinado en 1984 por los GAL, junto a Manuel Murua Alberdi, alias El Casero; Ceferino Arévalo Imaz, alias El Ruso; Jesús de la Fuente Iruretagoyena, alias Basakarte,; Prudencio Sudupe Azkune, alias Pruden, y Sabino Atxalandabaso Barandika, alias Sabin.


Hasta cuando se es un malnacido puede quedar un recodo de humanismo dentro de una persona. Esperemos que un día unos de estos etarras de un paso al frente y tenga la valentía y gallardía de decir donde se encuentran los cuerpos de estos tres jóvenes para que tengan un descanso digno y sus familiares el lógico consuelo.

martes, 8 de octubre de 2013

LA VERDADERA HISTORIA DEL SEÑOR TRONCOSO

Os acordáis de aquella célebre canción SR. TRONCOSO del grupo de Rock Andaluz TRIANA. Pues bien, esta canción está basada en un personaje real. Uno de esos personajes de calle que tanto se han dado en Sevilla y que muchos de ellos pasaron a la posteridad.




Si queréis conocer la verdadera historia del Señor Troncoso solo tenéis que pinchar el enlace siguiente:

http://icebergbarna.blogspot.com.es/2011/03/semblanza-y-vida-del-sr-troncoso.html


¡Curiosa historia!