Los motines no son de hoy en día, han existido de toda la vida y Sevilla no iba a ser menos...relatan los historiadores que en el barrio de la Feria en el año 1521, hubo un motín que tomó grandes proporciones, muchísimo más que los de la Puerta del Sol de Madrid en 2011, llegando a amenazar seriamente a la población.
Fue un alzamiento popular, como deben ser todas las revoluciones, alzamiento de la gente de la calle, no de los partidos políticos y tuvo su origen en la falta de alimentos.
El pan faltó y el hambre hizo mella en la población, sobre todo en los barrios pobres de la ciudad y sus habitantes vivieron fechas desesperadas.
El pan faltó y el hambre hizo mella en la población, sobre todo en los barrios pobres de la ciudad y sus habitantes vivieron fechas desesperadas.
Actual casa de los Marqueses de La Algaba en la Plaza Calderón de la Barca, justo detrás del mercado de la calle Feria.
Porque hay que hacer constar que tal como hoy en Sevilla había mucha opulencia y muchos ricos en los siglos XVI y XVII, igual que hoy en día que muchos vivían en la abundancia mientras otros morían de hambre y se quedaban sin casas, pues los caseros los echaban a las calles...mas o menos como ahora. Nadie escuchaba a los deshererados de la fortuna, nadie escuchaba sus lamentos y se morían de hambre en las calles...tal era la miseria.
Aquel pueblo hambriento veía pasar las carrozas de los grandes y opulentos señores...pero el día 8 de Marzo de 1521, la gente no pudieron aguantar más y el pueblo se lanzó a la calle sin que hubiese autoridad que los impidiera.
Un tal Antón Sánchez, carpintero de la calle Feria, se hizo la cabeza del motín y tuvo la valentía de formar una Junta y llamaron a los vecinos de San Gil, San Martín y otras parroquias...nombraron una comisión de veinte hombres para hablar con el Asistente y otra comisión para que hablasen con el caballero Perafán, que se ofreció a entrevistarse con la autoridad, a fin de encontrar medios para atender las necesidades de los vecinos....mientras la gente se agolpaba, crecía el bullicio y el descontento y más gente acudió a la plaza de la Feria.
Alarmados en el Ayuntamiento o más bien asustados, por las noticias que llegaban, y que los cabecillas pedían a gritos "trigo", el Asistente les dijo que donde lo hubiese se los haría llegar.
Pero el pueblo estaba cansado de tantas mentiras, más o menos como hoy en día, y fueron tumultuosamente a buscarlo por todos lados, a las bravas y como no encontraron nada en casa del Jurado Alava, ni de su cuñado, rompieron las puertas y se llevaron todo lo que encontraron.
Calle Feria, Iglesia de Omnium Santorun, lugar próximo donde comenzó el motín.
Las cosa iba a más pues viendo esto, otros barrios acudieron a la calle Feria y mas amotinados recorrieron la ciudad con el estandarte de Alfonso X el Sabio, estandarte que lo habían tomado a los moros en una batalla y que en aquellos tiempos estaba custodiado en la parroquia de la misma calle Omnium Sactorum, estandarte de tela verde, por eso esa revolución se llamó "la del Pendón Verde".
El ayuntamiento no estaba donde se encuentra hoy, se hallaba en el Corral de los Olmos, detrás de la Catedral en lo que es la Plaza Virgen de los Reyes y el pueblo acudió allí con piedras y palos y enarbolando el pendón verde solicitando comida con grandes voces.
Intervino en el motín el Marqués de la Algaba, que trató de pacificar a los amotinados y parecían haberse calmado los ánimos pero en esto el Asistente envió a la calle Feria tropas para prender a algunos vecinos diciendo que tendría que ahorcarlos, pero los vecinos no se dejaron avasallar y el día 9 se reprodujeron los alborotos.
La gente irritada se echó a la calle lanzando desaforados gritos y corrieron en tropel al Palacio del Marqués de la Algaba, pidiendo el cumplimiento de la palabra dada...el marqués la renovó y dijo que moriría si no la cumplía y para ello mandó a su hijo Luis a parlamentar con las autoridades...no se quisieron fiar, y convocaron mayor número de gentes marchando a la carrera hasta el Palacio del Marqués de Niebla, se apoderaron de ella, tomaron cañones y otras piezas de artillería y fueron a dar libertad a los presos...tal era el escándalo que muchas personas notables de Sevilla se ofrecieron para mediar en el conflicto, pero no se pudieron conciliar, porque el pueblo solo admitía que pusieran en libertad a los apresados y entonces el Asistente enojado gritaba: ¡que por vida del Rey que los tenía que ahorcar!...pero esto fue mucho peor porque se removió toda la ciudad sacando muchas personas las armas...La gente del pueblo cercaron la cárcel llevando espingardas, ballestas y espadas mas cuatro piezas de artillería que sacaron de la casa del Duque de Medina Sidonia, rompieron puertas y ventanas y dieron libertad a los presos.
Los sucesos tuvieron su término el dia 10 de Marzo, librándose una verdadera batalla por las calles, entre el pueblo hambriento y entre autoridades y nobles de la ciudad, y los resultados fueron funestos para los amotinados pues la fuerza armada los venció en la refriega y muchos infelices murieron los que se habían alzado pidiendo algo tan simple como el pan.
Todos los años cuando se acerca la procesión de la Virgen de Todos los Santos se exciben unas banderas en el torreón mudéjar de la Iglesia de Omnium Santorum, entre ellas se encuentra el famoso Pendón Verde.
Los nobles y poderosos no contentos con el triunfo, dieron un paso más, fueron crueles y vengativos, pues ahorcaron a muchos inocentes y desgraciados, tanto a hombres como a mujeres.
Entonces como hoy, aquellas autoridades que dominaban y oprimían con su poder, dejaban al pueblo hambriento perecer en la miseria...y cuando este saltaba y pedía justicia y solo comer pan les ponían cadenas y los ahorcaban.
Ayer como hoy, mandan los mismos, incluso hay apellidos que han llegado hasta nuestros días y títulos de nobles que siempre sangraron a la ciudadanía y además los masacraron, aún tanto siglos después no se ha hecho justicia con aquella parte del pueblo que enarboló el "Pendón Verde", pendón que algunos historiadores consideran el predecesor de la bandera andaluza.