jueves, 15 de septiembre de 2011

ANTONIO MONTES O EL INFORTUNIO MÁS ALLÁ DE LA MUERTE

La Algaba está de fiesta. Fiesta popularmente conocida, desde hace más de un siglo, como la fiesta "DE LOS TOROS".

Aparte de las celebérrimas capeas que colapsaban los antiguos caminos de Guillena, Alcalá, Sevilla con aficionados ávidos de toros, estaba la parte más seria donde una promesa de la tauromaquia solia matar una res. Entre ellos, está Antonio Montes, que comienza su carrera taurina vistiendo por primera vez el traje de luces en nuestro pueblo en los últimos años del siglo XIX. ¿Nadie imaginaba por entonces cómo terminaria su vida aquel joven trianero que hacia su debut en tierras algabeñas.?

Antonio Montes Vico nacio en el barrio sevillano de Triana en 1876. Tenia una deficiencia auditiva que le hizo ser desde jóven una persona taciturna. Vivió en la calle Pureza cerca de la Iglesia de Santa Ana, "la catedral de Triana" de la que Montes llegó a ejercer de monaguillo,de ahi que en sus comienzos sus amigos le conocieran como El Sacristán.


Antonio Montes generó una enorme ilusión por su forma de torear que sorprendió en su día. Ya que cuando el llegó al toreo, este se había embastecido y predominaba el toreo espatarrado considerado poco elegante. Fue el precursor de Belmonte.

"O te quitas tú o te quita el toro", "ni me quito yo ni me quita el toro". Según algunos historiadores taurinos Calderón, banderillero de Montes, enseñó a un jóven Juan Belmonte,  la forma de torear de Antonio Montes.

Pero a lo que vamos Montes tuvo un cartel impresionante en México, de ahi que pasara largas temporadas en el pais azteca donde es considerado un héroe, pero donde encontró la muerte en una corrida celebrada el día 13 de enero de 1907 en la plaza de México, al entrar a matar al toro “Matajacas” de Tepeyahualco, que se había puesto imposible en el último tercio



                                             Montes iniciando la faena con el toro Matajacas

Después de entrar a matar, Montes es corneado en el glúteo y lo que parecía una leve cornada en la enfermería se ve que el cuerno ha llegado hasta el vientre y comienza la agonia del torero que duró cuatro dias entre las discrepancias de  los doctores que no se atrevían a intervenir dada la gravedad del torero.

                                       El sacristán de Triana es herido mortalmente por Matajacas


Pero la mala suerte de Montes no termina aquí. Sus restos, son trasladado a la embajada española donde es velado por su cuadrilla, los toreros Fuentes y Bombita que ese dia compartian cartel y otras autoridades. Por la noche, cuando se cierra la embajada, unas velas caen sobre el féretro incendiando el ataúd y carbonizando el cadáver del trianero.


Montes agonizando en el hospital en presencia de cuadrilla, doctores y el toreto Fuentes, primero a la derecha de los apoyados en la cama.

Pero el infortunio del trianero continua. Sus banderilleros Calderón y Blanquito, se encargan de féretro para trasladarlo a Sevilla; al ir a subirlo al barco en el puerto mexicano de Veracruz, una de las cuerdas que lo elevan al barco cede y el féretro cae al agua. Una vez rescatado el vapor hace la travesía hasta llegar al puerto de Cádiz.


Capilla ardiente en el consulado español donde se produciría el incidente, al incendiarse el féretro a causa de una de las velas.
Para más inri, una vez llegado el féretro a Cádiz, fue embarcado en el vapor Cristina que tendría que hacer  el recorrido desde Sanlúcar de Barrameda a Sevilla  navegando el Guadalquivir. Al llegar a la localidad de Gelves, ya cerca de la ciudad hispalense, el barco tuvo que  echarse a un lado para dejar pasar a otro que iba en sentido contrario, con tan mala suerte que embarrancó.
Finalmente, el cádaver del infortunado Montes llegó a su ciudad atracando a la altura del hoy conocido puente de San Telmo.

Así terminó sus días el sordo de Triana que cuando estaba agonizando su única preocupación era  "Qué disgusto tan grande se va a llevar mi madre"

1 comentario: